Sin importar si tienes ya un perro y piensas introducir un gato a la familia o viceversa, es muy importante pensar con antelación sobre el proceso de introducción. Si dejas que estas mascotas simplemente se conozcan estando sueltos en una misma habitación probablemente estás preparando el terreno para que las cosas fallen. Este proceso puede llevarte 1 semana o 1 mes, lo importante es que tengas paciencia y que las cosas se vayan dando lentamente. Quizás te preguntarás que es tan serio de poner a estos dos peludos juntos y ya, el asunto es que aún los gatos que son amigables con perros pueden llegar a sentirse amenazados por su presencia y atacar y las garras de esos mininos pueden realmente hacer daño en el perro y si es el perro el que no se siente suficientemente cómodo también puede herir al gato.
Tabla de contenido
Para evitar estos malos ratos hemos reunido para ti estos consejos y 6 pasos para lograr una buena y sana introducción de perros y gatos en tu hogar.
Consejos para encontrar la pareja perfecta entre perros y gatos
- Trata de buscar un perro o gato que tenga una personalidad parecida a la de la mascota que ya tengas en casa. Lo mejor sería uno que ya haya tenido experiencia con otras especies.
- Si tienes un pero que por naturaleza tiende a querer herir, perseguir agresivamente u otro comportamiento peligroso hacia los gatos en general, lo mejor que no trates de ingresar uno a tu casa, o al menos, ten en cuenta que las cosas van a ser mucho más difíciles. Si tu perro muestra reacciones violentas hacia los gatos es preferible que viva en un ambiente libre de ellos, de igual manera si el comportamiento agresivo proviene del gato.
- Si a tu perro le gusta perseguir no es recomendable llevar a casa un gato temeroso que corra huyendo de él pues esta acción hará que el perro siempre tenga en mente repetir ese patrón de comportamiento.
- Si el perro es de los que les gusta jugar de manera ruda, es preferible que no lleves a casa un cachorro o un gato muy adulto, en vez de estos, escoge un adulto juguetón que esté interesado en compartir las actividades pero con suficiente personalidad como para encargarse de sí mismo.
- Si el perro o gato es anciano, calmado o ansioso es preferible conseguir un gato que tenga la misma personalidad, evita mascotas alborotadas o demasiado juguetonas que puedan disturbar las características de la mascota que ya está en casa
6 Pasos para una efectiva introducción de perros y gatos
Quizás te preguntes ¿por qué tantos pasos? La verdad es que, como dice el dicho, es mejor prevenir que lamentar, estos pasos están diseñados para que ambos animales se acostumbren a la presencia del otro sin ser perturbados en sus rutinas diarias y que las cosas pasen de manera moderada para no generar ansiedad en ninguno de los dos. Bien sea que tengas un gato o perro en casa y tengas en mente introducir otra especie en el hogar, planifica con antelación para que tengas al alcance todo lo que necesitas para hacer de éste un proceso exitoso para todos.
Paso 1. Prepárate
Hay ciertas cosas que puedes hacer para preparar a tu nueva mascota y facilitar el proceso. Si estas llevando a casa un gato, tenle lista una habitación con su agua, comida y caja de arena, un lugar en donde pueda sentirse a salvo. Si planeas llevar a un perro nuevo, no estaría mal que supiese algunas órdenes de obediencia como sentado.
Paso 2. Lados opuestos de la puerta
Ponles comida tanto al perro como al gato en lados opuestos de una puerta segura (no de vidrio, plexiglás o malla) durante 1 semana. Comenzarán a asociar la presencia del otro (sonidos, olores) con una experiencia placentera. Si el perro comienza a ladrar o patear la puerta debes corregirlo con un firme NO! Si la actitud persiste, aleja un poco el plato de la puerta y gradualmente ve acercándolo más. Eventualmente cuando puedan comer calmados de esta manera puedes exponerlos de manera más directa a los olores de ambos frotando una toalla por cada uno y colocándola debajo del plato de comida del otro de manera que se huelan mientras comen.
Paso 3. Acostumbra al gato a un kennel
Para seguir con este proceso vas a necesitar que el gato se acostumbre a pasar períodos de tiempo cortos en un kennel, éste debe ser lo suficientemente grande como para que pueda levantarse y dar la vuelta. Aleja al perro de la habitación si hay peligro de que interfiera, atrae al gato hasta el kennel con la ayuda de comida o alguna golosina para gato, déjalo allí por 5 minutos, luego ábrele la puerta. Si notas que el minino es algo nervioso, haz esto 2 a 3 veces al día hasta que logre relajarse. La idea es que entre al kennel así que si ningún truco funciona tendrás que hacerlo manualmente.
Paso 4. El perro con correa y el gato en el kennel
Este paso es mucho más fácil de realizar luego del paseo del perro así que hazlo cada vez que llegues a casa con él. Lleva al perro a un lugar alejado mientras metes al gato en el kennel. Luego júntalos teniendo al perro aún con su correa, el ejercicio es para que se vean sin tener ningún tipo de contacto físico. Trata de hacer actividades con el perro para que se distraiga. Si comienza a ladrar o no realiza la actividad que quieres porque está más pendiente de la presencia del gato, usa un fuerte NO! Y sácalo de la habitación. Estando afuera trata de envolverlo en alguna actividad para tratar de tener su atención y prueba entrar una vez más a donde se encuentra el kennel . Trata de estar calmado y ten la correa preparada para hacer las correcciones necesarias. Lo peor que puede pasar en esta circunstancia es que uno o ambos intenten atacar al otro pero gracias a la correa y el kennel tendrás todo bajo control. Recuerda que las mascotas pueden reaccionar a la energía que tú utilices así que trata de mantenerte en calma.
Repite este paso tantas veces como sea necesario hasta que ambos puedan estar en una misma habitación sin hacerse ruidos o querer atacarse, rara vez esto no funciona pero si al paso de digamos 2 o 3 semanas el comportamiento agresivo sigue por favor consulte con un especialista. Cada vez que puedan estar en la misma habitación en calma puedes tratar ir acercando al perro siempre con la correa, cada vez más cerca del kennel y progresivamente aumenta el tiempo que dure este ejercicio.
Paso 5. El perro con correa, el gato suelto
Para hacer esto es necesario que el gato esté fuera del kennel así que si no sale en presencia del perro, al con este hasta que el gato se sienta cómodo y una vez esté fuera del kennel entra con el perro. La idea es que trates de mantener la atención del perro en ti y no en el gato. Si el perro deja de atenderte para enfocarse en el gato, debes hacer l mismo que en el paso anterior, simplemente sigue repitiendo el ejercicio hasta que logres que el perro se enfoque más en ti y progresivamente aumentando el tiempo de exposición de ambos.
Paso 6. Ambos sueltos juntos
Una vez que los ejercicios anteriores funcionen a la perfección y tu perro no se enfoque en querer perseguir al gato por toda la casa puedes quitar la correa para que interactúen libremente. Luego de estos primeros pasos y mientras te aseguras de que la relación entre perro y gato es sana, cuando salgas mantenlos separados y sólo júntalos estando tú de modo que puedas controlar cualquier incidente.